72 - Un dolor del pasado.
ROMAN.
Mis hombres estaban buscando a esa m*****a hija de puta, y mientras lo hacían, yo estaba aquí, esperando a uno de esos políticos de m****a que se atrevió a robarme en mis propias narices.
Esos dos hijos de puta, ingresaron en mi oficina con el porte de dueños del mundo. Sus ojos viajaron a la bandeja que tenía sobre la mesa, tres copas con una botella de champagne.
— ¿Brindamos por algo? — preguntó uno de ellos.
Sonreí de lado mientras los observaba.
— Oh, claro — susurré, mientras mi asistente servía el líquido ámbar en la copa —. Estos días he descubierto algo que me ha dejado impresionado, y quería agradecerlo.
El cuerpo de ambos se tensó. A este punto de seguro ya dedujeron de que se trataba, pero preferían seguir fingiendo que no. Eran las dos de la madrugada y lo único que deseaba era llegar a mi casa junto a mi mujer. nada más.
— No hemos hecho nada — dijo el más joven.
— ¿Estás seguro? — preguntó, y entonces éste frunció el ceño mirando a su padre.
Entonces destapé la ca