¡Está despedida!

Emily solo tiene algo claro, conquistará a ese niño, no le importa lo que tenga que hacer. 

Al llegar a su casa lo primero que ve  es a Luna, su única amiga; quien se encuentra sentada en el sofá bastante impaciente, debe irse y no puede dejar a los abuelos de Emily solos. 

—Gracias al cielo regresaste, sabes que me esperan para hacer un trabajo muy importante para la universidad; te quiero mucho, pero no puedo pasar por alto mis compromisos. —Toma su bolso de mano y le da un beso en la mejilla—. Después te llamo y me cuentas como te fue, tus abuelos están bien, comieron y ya deben estar dormidos. —Emily le da una sonrisa. 

—Gracias inmensas, no sabría que hacer sin ti —le dijo siendo bastante agradecida.

—Espero que tu situación económica mejore, para que puedas contratar a alguien que los cuide, comenzaré las prácticas y no puedo hacerlo más. —Emily mueve su cabeza afirmando—. Te quiero amiga, mañana te veo temprano. —Luna sale apresuradamente y toma el primer taxi que pasa.

Fue un dia bastante difícil para Emily, sintiéndose bastante agotada, lo único que quisiera es ir a dormir, ella deja sus cosas y va directo a ver a sus abuelos. Al ingresar a su habitación se da cuenta que se encuentran durmiendo tranquilamente, se acerca lentamente y les da un beso a cada uno en su frente y se retira.

Al llegar a su habitación se lanzó sobre una silla y luego cerró los ojos; a pesar de todo se encontraba feliz por haber encontrado este trabajo, llega a su cabeza el recuerdo de aquel hombre fuerte y dominante, no puede negar que es bastante atractivo, ella ríe por pensar en eso. 

Los primeros rayos del sol irrumpe a través del cristal de la ventana, Emily se levantó bastante apresurada, al ver la hora, notó que de nuevo estaba con el tiempo justo, corrió al baño para darse una ducha ligera, luego se viste con lo primero que encuentra. 

Antes de salir, fue a la habitación de sus abuelos, ellos aún continuaban dormidos, les dejó una nota y le envió un mensaje a su amiga, para que ella no tardara en llegar.

Al llegar a la casa de su jefe, ella bajó y corrió tan rápido como le fue posible, llamó al timbre, hasta que una mujer del servicio abrió la puerta.

Ella entró a la casa, pero no sabía que debería hacer, por donde iniciar con sus labores, se quedó en medio de la sala llevando su mirada de un lugar a otro, hasta que una mano sobre su hombro le dio un buen susto, allí estaba una de las mujeres del servicio, Emily con una sonrisa decidió preguntar.

—Buenos días señora, espero no haber llegado tarde, me puede decir ¿qué debo hacer? por favor —Aquella mujer levanta las cejas al mismo tiempo.

—Buen dia, el joven Liam está acostado, no quiere desayunar, ni tampoco ir al colegio, le sugiero que lo convenza; la única persona con capacidad de hacerlo cambiar de opinión es su papá, pero el dia de hoy salió más temprano de lo acostumbrado —Había llegado la hora de demostrar que ella si podía hacerse cargo del niño. 

—Por favor indíqueme el lugar de su habitación —Asintió y fueron hasta allí.

Al ingresar, aquel pequeño se encontraba acostado bajo las cobijas y completamente decidido en quedarse allí. Emily respiró profundamente, recogió su cabello y se dirigió hasta él.

Liam estaba con su rostro entristecido, abrazando una foto de su familia; él solo quería ver a su mamá, que aunque muchas veces ella le gritaba o no le prestaba atención, él quería abrazarla, verla. 

—Hola cariño, soy Emily. Estaré aquí para acompañarte en todo lo que necesites, me gustaría saber ¿Por qué no te has levantado? —Él cierra sus ojos ignorándola—. ¿Te parece si jugamos un poco mientras nos arreglamos para ir al colegio? 

—¿Jugar? mi papá no juega conmigo... —Emily puso su dedo índice en el mentón de Liam y luego estiró sus manos—. Y mi mamá, no me responde las llamadas. 

—Para eso estoy aquí, para poder jugar y cuidarte, ¿Quieres levantarte? 

Esas palabras para el niño fueron especiales, porque las otras niñeras solo le exigían obedecer, mientras Emily quería llenar ese vacío que él sentía. 

Ella tomó un par de juguetes e hizo algunas imitaciones causando gracia en él.

Liam comenzó a respirar fuerte, su tierno rostro cautivaba. Él se puso de pie y la abrazó. 

Al cabo de pocos minutos ya se encontraba listo para salir a estudiar y lo mejor de todo era que había tomado su desayuno completo. 

Salieron de la casa tomados de la mano, Emily llegó en un momento vulnerable para el niño, aprovechando muy bien eso.

Un chofer los llevó hasta su colegio, yendo de camino no perdieron el tiempo, Emily cumplió su promesa de jugar los cual provocaron en aquel pequeño unas cuantas risas más, se notaba que quería tomar su día libre solo para jugar con ella, Emily le prometió que lo iba a venir a buscar, algo que a él le emocionaba, porque ella le transmitía paz. 

Al llegar al colegio Liam se despide con un enorme abrazo y un tierno beso en la mejilla, sonriente da pequeños pasos hacia atrás mientras se aleja.

—¡Emily!, espero con ansias que llegue la tarde para seguir jugando contigo. —Él levanta su mano y se despide.

Emily se quedó allí hasta que él se fue; es un buen niño, solo que no ha tenido una vida fácil al estar ausente su mamá y de alguna forma su papá, la curiosidad de Emily aumentó, ella se preguntó ¿por qué se separaron los padres de aquel hermoso niño?

Exhaló fuerte mientras regresaba a casa de Liam; había mucho por hacer en su ausencia para que cuando regresará se sintiera mejor de lo se ha sentido antes.

Entre tanto, Noah estaba en la oficina, terminando una junta, el día se le ha ido por completo y a pesar de los negocios que no dan espera en esta empresa, no ha podido pasar por alto que estará sucediendo en casa, pensando que su hijo no salió de su habitación, tal y como lo suele hacer con las anteriores niñeras, él tiene dudas, a pesar de que llamó a su casa, no cree mucho lo que le dijeron. 

La ansiedad por saber que debe hacer para que ese niño entienda que se debe comportar y dejar ese capricho de querer tener al lado a su mamá, lo tiene en ascuas. Una mujer como Isabel nunca será consciente de que primero está su hijo antes de andar viajando y disfrutando con su amante.

Lo peor es que Liam piensa que Noah es el culpable de que su mamá se haya ido; a su corta edad no puede ponerlo al tanto de lo que en realidad sucedió con su mamá.

Noah bebió una copa más antes de tomar sus cosas para ir a la casa, pero lo detuvo su secretaria que llamó a su puerta. 

—Adelante —Noah dijo en tono fuerte.

—Disculpeme señor Davis, lo que sucede es que la nueva niñera de su hijo, lo está buscando. —Noah

 le indico que siguiera, él se sentó en espera de ella. 

—Buena tarde señor —habla con su tono de voz débil Emily. 

—¿Dónde está mi hijo?, ¿con quién lo ha dejado? —preguntó Noah, al verla entrar sola. El tono radiante en la cara de Emily pasó a ser pálido, sus ojos se abrieron, quedando en shock.

Emily, no tuvo más opción que ir a buscar a Noah, porque en el fondo pensó que él no confiaba del todo en ella y preferiría ir por su hijo él mismo… que equivocada estaba. 

—Pensé que se encontraba con usted —susurró ella.

Noah se puso de pie y dio unos cuantos pasos acercándose a ella ferozmente.

—¿Qué está diciendo? —le dijo—. Hable, pero que sea pronto que no soporto la ineptitud. —Ella traga saliva mientras que sus manos tiemblan.

—En el momento en el que fui por su hijo al colegio allí me dijeron que ya había sido recogido, supuse que se trataba de usted quien lo había hecho —Noah siente un fuerte enojo apoderándose de él de sobremanera.

—¿Acaso es estúpida o se hace?, nadie más que usted lo podía recoger; escúcheme muy bien, porque en donde a mi hijo le suceda algo, lo pagará muy caro... —Noah fue directo a la silla y tomó el saco para salir deprisa—. Hasta el día de hoy tuvo trabajo, en su vida se atreva nuevamente a querer volver por este lugar. 

El pecho de Noah subía y bajaba insistentemente, mientras su respiración era agitada. Emily estaba en shock. 

Al salir de la oficina el cuerpo de él rozó con el de ella, notando como sus palabras hacen que rueden lágrimas por las pálidas mejillas de Emily.

—Permítame por favor ir con usted a buscar a su hijo. —Él se detuvo y dio vuelta quedando frente a ella en medio del pasillo.

—¡Lárguese! —le gritó con tanto desprecio que ella tan sólo cerró sus ojos—. Una mujer como lo es usted no la quiero tener cerca, no dude que voy a tomar medidas legales por descuidada, estoy más que seguro que lo irá a lamentar por el resto de su vida. —Al dar vuelta él se da cuenta que todos se encuentran pendientes de ellos dos—. Acaso no tienen nada mejor para hacer, o quieren que les ordene más trabajo. 

Continúo con su camino Noah, mientras que todos allí bajaban sus miradas colocándolas en las pantallas.

Emily limpió sus lágrimas y salió de allí, escuchando como las personas murmuraban. Lo único que ella deseaba era que Liam estuviera bien. 

Al llegar a la puerta principal, Noah subió al auto dando la orden al conductor que lo llevara directo al colegio. Allí le tendrán que dar respuesta exacta de la persona que recogió a su hijo, «nadie se burla de mí» piensa Noah. 

Al cabo de unos pocos minutos Noah se encontraba frente de la entrada del colegio, ingresó sin pedir permiso al guarda, el fuerte enojo que sentía estaba saliendo por cada uno de sus poros; obviamente aquel hombre le trató de impedir el paso, pero fue inevitable que él fuera en búsqueda de la profesora.

—Deténgase señor Davis, no comprendo la manera tan abrupta en la que ha ingresado —habla la profesora con toda la tranquilidad del mundo.

—No finja ser inocente, ¿en dónde se encuentra mi hijo y a quién se lo ha entregado? —Ella lo mira desconcertada.

—Su esposa ha venido por él, no entiendo cual es el problema —al escuchar su respuesta Noah maldijo.

—Lo siento, ha sido culpa mía en no haber dado aviso a usted de que ella no lo podía volver a recoger, hasta pronto. —Salió él de allí con destino a casa, no había otro lugar donde ella se hubiera podido llevar a su hijo.

De camino Noah apretaba sus manos, ya que ella se quería quedar con su pequeño y eso no lo iba a tolerar; mientras que llevaba la mirada de un lugar a otro a través del vidrio las fuertes ansias por querer confrontar a aquella desagradable mujer crecían. 

Al llegar a casa la escena es peor de lo que esperaba, ella se encontraba saliendo con su hijo en una mano y una maleta de viaje en la otra, Noah la observó con desprecio y rabia. 

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