Contratada

Semanas después, Noah busca la manera de salir de sus penas, se hunde muchas veces en la bebida y otras veces en la empresa, por suerte Isabel no ha regresado a ella. 

La ausencia de la única mujer que ha amado comienza a reflejarse en la actitud de su pequeño hijo Liam, por más que busca la manera de hacerle entender que su madre no volverá, eso solo ha desatado una actitud rebelde y controversial en el niño.

Las niñeras no han funcionado, ya que todas renuncian a su labor máximo a una semana de haber iniciado, según ellas el niño es bastante travieso o ha intentado escapar. Lo peor para Noah, es que él no puede descuidar sus negocios, porque eso representa claramente pérdidas para él.

De nuevo llaman a la puerta de la oficina, la secretaría entra porque ha llegado la hora de entrevistar a unas cuantas candidatas de nuevo para ser la niñera de Liam, él solo espera que está vez si haya por lo menos una que logré agradarle a su pequeño hijo.

Sin contar que con el engaño por parte de Isabel, él no puede dejar de pensar y deducir que todas las personas que lo rodean solo están cerca de él por interés y claramente por su dinero, al igual que su ex esposa. 

Antes de ir a realizar las entrevistas, Noah recibe un mensaje de su amigo, él le informa que los papeles del divorcio ya le llegaron a Isabel.   

Las postuladas van ingresando una a una, pero todas son iguales a las que han renunciado, mientras buscan la manera de impresionarlo con comentarios desubicados, la paciencia se agota y al final del día solo queda continuar con la contratación diaria de niñeras, lo cual no es nada bueno para el niño, sin embargo, no hay otra salida.

Mientras tanto, Emily estaba sonriente terminando de ayudar a sus abuelos. Hoy tendría que de nuevo ir a buscar empleo, los gastos de la casa, sin hablar de las cuotas mensuales de esta, cada vez la aturden más. Ella mira su computadora, de nuevo tendría que posponer sus estudios por la falta de dinero. 

Emily levanta su teléfono, su amiga le envió la ubicación para una entrevista como niñera, Emily sonríe, porque esta es una gran oportunidad para durar un poco más, los trabajos como mesera no le han funcionado muy bien. 

Ella se arregla rápido, mientras repasa en la mente algunas cosas que su amiga le indicó, le da un beso a sus abuelos y luego sale con su mejor sonrisa, ella toma el autobús, pero este se detiene lejos a la dirección indicada. 

Emily al bajar lo único que hace es correr para poder alcanzar; al llegar, observa el enorme edificio con grandes ventanales al que debe entrar. 

Ella bajó la cabeza mientras que exhaló fuertemente, estaba bastante emocionada con poder tener la oportunidad de obtener un empleo de nuevo, uno que fuera a tiempo completo, así iba a dejar de pensar en que trabajar el día siguiente. 

Emily alistó todo en sus manos, dándose cuenta que iba demasiado tarde, pero con el optimismo de poder lograr algo; las puertas del ascensor se abrieron quedando ante ella la recepción de presidencia, una mujer al verla aprieta sus labios y con una mirada despectiva le dice que siga.

—Ha llegado demasiado tarde y lo que más detesta el señor Davis es la impuntualidad. —Aquella pequeña oportunidad de obtener el empleo hasta aquí había llegado para Emily al escuchar esas palabras. 

—Lo siento mucho, no pude llegar antes. Por favor déjeme pasar a la entrevista, solo una oportunidad, necesito el empleo —habló Emily—.  Se me presentó algo en el camino, por favor —le suplicó juntando sus manos. 

Mientras Emily le explicaba a la recepcionista, Noah salió de la sala de juntas y se dirigió hasta su oficina, pero al pasar vio a Emily, él hizo una mueca con su boca y luego siguió caminando hasta que escuchó que ella no pensaba moverse de allí. Retrocedió un poco, era una mujer delgada y con rasgos perfectos, era muy bella, algo que notó fácilmente. 

Emily, por su parte, logró ver a través del rabillo del ojo a un hombre que se encontraba en un costado, su sola mirada la puso incómoda, así que ella prefirió ignorarlo. 

—Por lo que acabo de escuchar viene para la entrevista —él habla con su mirada penetrante, esas miradas que incomodan a primera vista—. Deje su currículum con la recepcionista y siga que no tengo mucho tiempo para perder. —Su tono de voz era fuerte y dominante, lo cual provocó que la piel de Emily se erizara por completo.

Ella lo obedeció, caminó delante de él, con una sonrisa por al menos conseguir el primer paso. Caminó con pasos seguros sintiendo la mirada de aquel hombre sobre ella, un hombre bastante alto y muy atractivo, algo que ella no pasó por alto

Emily se sentó frente a un enorme escritorio, mientras que él se sentó sobre el borde de la mesa, él aroma de Noah entró por las fosas nasales de Emily rápidamente. Por unos segundos antes de entablar una conversación ella se pierde en sus ojos marrones, su cuerpo tonificado se marca a la perfección al estar sin saco y sin corbata. 

Por su parte Noah, mueve la cabeza un  par de veces, quitando las ideas que pasan por su mente, ella lo dejó completamente inquieto. Él cruza sus brazos y comienza a hablar.  

—¿Cual es su nombre? —Emily moja sus labios para hablar, algo que hace que Noah carraspee con su garganta. 

—Emily Wilson. Lamento mucho haber llegado tarde, lo que sucedió fue... —Noah levantó su mano, la colocó abierta y frente al rostro de Emily impidiendo que continuara.

—Sus problemas a mi no me interesan, ya tengo suficiente con los míos como para llenar mi oficina de lamentos. Lo único que me interesa es encontrar a la mujer indicada para que se haga cargo de mi hijo, una que haga que él se sienta tan bien como si se encontrara en compañía de su mamá, que lo trate mejor y le brinde el tiempo que necesite. Que sea su mejor amiga, porque de lo contrario su trabajo solo durará un par de días o como en el mayor de los casos unas cuantas horas.

Mientras lo escuchaba, Emily solo podía preguntar ¿Qué era tan difícil con aquel pequeño para que no durarán las niñeras?

Noah toma el teléfono que hay sobre aquel escritorio y llamó a su secretaria, y luego le preguntó sin el más mínimo cuidado “¿hay algún tipo de problema con ella?” Emily abrió los ojos al ver la cara que ponía mientras que le hablaban a su oído; al cabo de unos minutos él cuelga el teléfono y se dirige directo a ella. A pesar de todo, él veía a Emily como una buena opción, ella tenía un leve parecido con Isabel y eso podría ayudar a que su hijo reaccionara bien.

—Entonces ya está, iremos ahora mismo para que mi hijo la conozca y así podrá  iniciar a partir de mañana, ¿tiene algún problema con ello? —Nuevamente pone su desafiante mirada directo en ella, haciéndola sentir completamente intimidada. Ante su pregunta ella solo negó con su cabeza—. Perfecto, entonces iremos de inmediato.

—¿De verdad? —ella cuestionó sorprendida y alegremente. Noah rueda sus ojos ante esa actitud. 

—Sí, su sueldo será muy bueno, de eso no tiene porque preocuparse. 

—Gracias señor Davis. —Él se puso de pie indicando que salieran. 

Emily queda algo sorprendida, al ver como los empleados de aquel hombre solo bajan su cabeza cuando él sale. Su sorpresa aumenta al ver el carro en el que se suben. Un hombre maneja mientras ellos dos, se mantienen a una distancia considerable, sin pasar palabra alguna. 

Ella estaba preocupada, no tenía muy claro que iba a hacer, pero el saber que podría perder la casa de sus abuelos si no pagaba, era la mejor motivación para hacer las cosas bien. 

El auto se detuvo y en poco tiempo estaba el conductor abriendo la puerta del costado donde se encontraba Noah.

Al bajar lo primero en notar ella es la clase de propiedad en la que vive, lo mejor fue cuando entraron,  en su interior relucían una cantidad de lujos inimaginables, habían varias personas del servicio; mientras que ella se deslumbraba observando una cosa y la otra, llamó su atención un carraspeo de garganta proveniente de él.

—Espero que ya haya conocido toda la casa. Lo digo por esa manera tan indiscreta en que pone la mirada en un lugar y otro —Bajó Emily la cabeza sintiéndose completamente avergonzada—. Siga a la mesa, así podrá conocer a mi hijo en medio de la cena.

—No quiero ser una molestia. —Negó con su cabeza Noah, dejándola sin salida.

—Ya está aquí, así que haremos eso hoy, no voy a perder otro día en esto —dice él de manera arrogante—. El nombre de mi hijo es Liam, no es necesario que sepa el mío, con que me diga señor es suficiente. —Ella asintió con un movimiento de su cabeza. 

Hasta ahora estaba iniciando con el trabajo y ya se estaba sintiendo incomoda, pero lo que realmente importa es pagar aquella cuota de la casa; ella exhaló mientras bajaba la cabeza dando cortos pasos atrás de él. Al llegar al comedor grande y lujoso, él estiró su mano indicando que tomara asiento, luego él tomó asiento frente a ella. 

Al cabo de poco tiempo sirvieron la mesa, había comida por doquier, pero su atención la roba aquel pequeño quien se acerca muy bien vestido, resaltaba sus ojos color marrón y su cabello castaño similar al hombre frío y arrogante, verlo allí la pone nerviosa, por no poder cumplir con su trabajo bien.

—A la única mujer que quiero ver en el comedor es a mi mamá, de lo contrario prefiero comer solo en mi cuarto —habla fuerte y sin titubear, posterior a ello se retira sin darle oportunidad de que ella se presentara.

Noah apretó su mano, miró a Emily y luego vio como su hijo corría.

—Retírese, hablaré con él y espero que mañana pueda estar más abierto a todo esto —él dice, con su mandíbula completamente tensa. 

Emily sale de allí, algo confusa con todo eso, mientras que Noah solo puede pensar que todo se está saliendo de control por culpa de Isabel.

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