Noah entra rápidamente al hospital su cuerpo temblaba como gelatina y él solo podía rogar que todo fuera una maldita broma.
¿Qué le costaba a la vida darles una oportunidad de poder vivir felices? ¿Acaso había hecho algo en su otra vida para que esta estuviera pasandola tan mala y con miedo constante a perder algo en su vida.
Noah entra desesperadamente al hospital, la desesperación por no saber qué le sucedió a ella, la desesperación por no saber que su bebé está bien.
Él se sienta esperar que le den alguna respuesta ya que ha preguntado más de cuatro veces y a un no se la dan.
—¿Ya saben algo? A mí no me quieren decir nada —dice Noah completamente frustrado.
—Ella entró en proceso de parto, tenemos que tener paciencia. Mi amiga es demasiado fuerte y saldrá bien de esto.
Noah empieza a caminar dando vueltas en el suelo. De pronto sale el médico, con su rostro inexpresivo.
—¿Doctor, cómo está mi esposa?
—Ella está recuperándose, precisamente salí para poder buscarlo. Ella quiere