Capitulo 02

-Señora Valentina, ¿puede entrar a mi consultorio?- me pregunto el Doctor que estaba atendiendo a mi hijo.

levante mi mirada y me levante rápidamente de mi asiento, estaba impaciente por el diagnostico que me iba a dar el doctor.

MI hijo Larry no se había sentido muy bien últimamente.

Dolor de cabeza.

Sangrado nasal.

Grandes ojeras.

Eran algunos de los síntomas que él estaba presentando, esperaba que no fuera nada grave. Tome asiento frente al escritorio del doctor, este se quitó los lentes y soltó un suspiro.

-Doctor no me dé más largas, dígame ¿mi pequeño se encuentra bien?-

-No es fácil decir esto así que lo diré muy rápido, su hijo sufre de leucopenia-

Sentí como mi pecho se hundió y mi cuerpo comenzó a temblar.

¡¿Leucopenia?!

-¿Qué significa eso?-

-No se alarme, es algo que sufren algunos niños se trata de hay muy pocos leucocitos circulando por la sangre. Un recuento bajo a largo plazo aumenta el riesgo de padecer infecciones y puede causar una cantidad de trastornos y enfermedades diferentes. Con un buen tratamiento el podrá recuperarse, a su hijo no se le ha diagnosticado a tiempo por ello necesita tratamiento

¿Cómo no me di cuenta de eso?

-Entonces no perdamos más tiempo, comencemos con eso-

-Ahí es donde está el problema Señora valentina, en este lugar no tenemos como comenzar el tratamiento somos una institución pública tendrá que ir a una privada y buscar un especialista que atienda s u hijo

El rostro del doctor parecia estar preocupado y no muy animado, nuevamente el miedo me invadió junto una preocupación descomunal.

-No tengo dinero ¿Cómo se supone que lo pague?- Pregunte sintiendo molo la desesperación se adueñaba de mi

El doctor se quedó en silencio, en el fondo sabía que él no era responsable de lo que estaba pasando, pero no sabía que más hacer.

-Lo siento señora pero yo solo cumplo con darle el diagnostico, créame que si pudiera ayudarla de alguna forma lo haría, de momento podemos tener a Larry aquí unos días, pero no mucho más-

Me levante de la silla un poco indignada, quería decirle algo por no ayudarme, pero eso no haría nada.

Salí del consultorio llorando desconsoladamente y me dirigí a la salida del hospital.

¿Por qué le pasaba algo como esto a mi pequeño?

Al llegar a la calle saque mi teléfono y llame a mi jefe, no era la persona más amable que conocía, pero tal vez podría ayudarme en una situación como la que me encuentro.

-Me leíste la mente Valentina, justo estaba por llamarte- Le dije a Jenny que me cubriera así que no debía de haber problemas por mi ausencia.

-Disculpe que lo llame Sr.Koch, pero lo llamo para pedirle un enorme favor, un préstamo, se que no tengo mucho en la empresa pero lo necesito es un urgencia-

Cruce los dedos esperando que la respuesta fuera positiva.

-Eres una descarada ¿Cómo puedes pretender pedirme algo después de estar robando mi compañía?-

¿Cómo?

¿robando?

-¿disculpe?-

-No te hagas la mojigata, revisamos varios documentos y encontramos pruebas de que has estado estafando así que prepárate para una demanda, te refundiré en la cárcel-

No me dio tiempo de decir nada más ya que finalizo la llamada al decir eso.

¿Me van a demandar por robo?

Me quede en silencio de pie en la calle del hospital, son muchas cosas pasando a mi alrededor, me siento abrumada.

¿Qué voy hacer ahora?

¡MALDITA SEA!

¿Qué clase de pecado estoy pagando?

Como voy a solucionar esto si para ambas cosas necesitaba dinero, estuve a punto de romper a llorar descontroladamente, pero decidí llamar a mi mejor amiga la cual siempre estaba para mí.

No le quise decir nada sobre lo que pasaba por teléfono, solo la cité urgentemente en ese lugar.

Me senté en la entrada del hospital con la cabeza gacha ignorando a todos intentando mantenerme tranquila a pesar de que estaba al borde de las lágrimas.

-¿Qué fue lo que paso cariño?- la voz de Emily hizo que levantara el rostro.

Al verla me sentí tranquila, me coloque de pie y la abrace fuertemente, fuimos fuera del hospital para despejar un poco y le explique qué era lo que estaba pasando.

-No puedo creer lo que me estás diciendo, pero si tus no serias capaz de hacer nada ilícito, solo hay que conocerte un poco-

No sabía que decirle, solo lloraba en silencio lagrima tras lagrima intentando mantenerlas controladas, pero era imposible.

Mi hijo estaba muy enfermo y necesitaba un tratamiento y en una clínica privada que posiblemente sería muy costoso y mi ex jefe me demandaría por robar ¡YO NO HABIA ROBADO NADA!

-No sé qué debo hacer ahora-

Emily me vio con una mirada que ya había visto antes, sabia perfectamente a lo que se refería así que negué rápidamente.

-Es una buena opción, ven a trabajar al club conmigo estoy segura de que serias una de las favoritas con ese cuerpo y rostro que tienes-

-¡BASTA! No voy a vender mi cuerpo Emily no pensé que te lo tuviera que volver a repetir-

¡No soy ninguna prostituta!

-No quiero ser cruel pero tu hijo está muy delicado de salud y el dinero te hace falta. Créeme que ahí vas a ganar mucho más de lo que necesitas-

Larry… mi pequeño niño

No puedo descartar su propuesta.

-Lo voy a pensar- me obligue a responderle.

-No tienes mucho tiempo para pensarlo así que espero que tomes una decisión rápida-

Estuvimos hablando un poco más hasta que me sentí mucho más tranquila, me anime a ir directamente a los hospitales para preguntar por el tratamiento que tenía que hacerse mi hijo, tome mi carro y fui a las clínicas privadas que conocía.

Los precios eran tan altos que ni siquiera con un préstamo en mi anterior trabajo podio llegar a costearlo, los tratamientos eran un proceso largo y no daba una certeza de que todo saldría bien todo dependería de su cuerpo

Camine por las calles de la ciudad sintiéndome derrotada por la vida, camine hasta que no pude más y me recosté en una esquina comenzando a llorar sin control. Llore y me culpe por todo perdiendo la noción del tiempo e ignorando a todos a mi alrededor.

-¿Disculpe se encuentra bien?-

Al ver de quien se trataba pude ver a un hombre con traje el cual llamaba la atención por tener unos vendajes en sus manos, parecía estar preocupado por mí, pero yo no era lo importante

No vas a hacer nada aquí en una esquina dando lastima.

No pude evitar ver sus ojos color verde, aquellos ojos muy parecidos a los de mi hijo me regresaron a la realidad.

-Mi hijo está muriendo y estoy dispuesta a todo para ayudarlo-

Solo dije lo que sentía y me fui dejando a aquel hombre atrás.

Rápidamente fui a mi auto para ir al hospital, me sentía muy determinada, asustara, pero como mucha determinación.

Al llegar al lugar fui a ver a mi pequeño Larry el cual estaba dormido en su habitación, me acerqué a el y le di un beso en la frente.

-Te amo, y hare todo lo que este en mi poder para que tengas una vida larga y feliz-

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