Capítulo 6

Eva North

Su mano se aferraba a mechones de mi cabello mientras me empujaba para que siguiera el camino y no intentara huir. 

Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas mientras me resistía lo más que podía, pero evidentemente mi fuerza nunca se compararía con la suya. Nunca seríamos iguales y por lo que veía sus únicas intenciones conmigo eran mantenerme oculta hasta que supiera qué hacer. 

Pero no culta de buena manera, sino más bien encerrándome en un calabozo sucio y fríos. 

—No me dejes aquí, por favor, por favor, no me dejes aquí. 

—No hay otra opción. 

—No puedes hacerme esto solo porque soy tu mate y no me quieres cerca, tengo derechos, no soy un objeto al que puedes mover a dónde quieras. 

—Estás en mis territorios, eres mi mate y yo soy un alfa, mientras que eres una simple humana, no hay forma de que te deje ir, así que solo acepta las cosas como vienen mientras averiguo como solucionar esto. 

—Te dije que me iría directo a la manada del oeste, no tenía intención de aparecerme aquí.

—Pero ya estás, así que solo nos queda ver cómo continuamos de aquí en adelante. 

El calabozo al que me arrojó estaba oscuro y frío y mientras mis ojos se iban adaptando a la poca luz del lugar él me arrastraba dentro de una de las celdas. 

—Vendré luego. 

—No, no, por favor no me dejes aquí. 

Pero no hubo remordimiento en su mirada cuando se dio la vuelta y se perdió de vista. Dejándome en ese lugar oscuro aun cuando sabía que era su mate. 

Ilusamente creí que no todos los cambia formas eran iguales. Por eso había optado irme a una nueva manada en vez de huir al mundo humano. 

Pero aquí estaba, siendo la mate del alfa más temido de todos los tiempos. Y estaba siendo la receptora de todo el mal y el daño que podía causar. 

Aun cuando sé suponìa que debía cuidarme y no arrojarme a la oscuridad de la forma en la que lo había hecho.

º º º º º º º º

No tenía idea de cuánto tiempo había pasado. Lo único que pasaba por mi mente era la necesidad de una cobija, o algo que me abrigara del frío que me estaba envolviendo. 

La oscuridad se hacía cada vez más insoportable y aunque agradecía conservar aún mi mochila con algunas cosas que pude comer, mi mente pedía a gritos que saliera de aquí. 

Damon Lennox

Había estado dando vueltas alrededor de esa mazmorra por lo que parecieron horas hasta que mi beta se contactó conmigo pidiéndome una actualización de la situación. 

Tuve que irme, y la dejé a su suerte en aquella mazmorra para tratar de averiguar qué haría con ella. 

Al llegar a la parte trasera de mi casa respiré profundo para ver si algo de su olor se había quedado pegado a mí y cuando no fue así continué mi camino hacia la casa para entrar por la cocina encontrándome con Débora. 

Ella me dio una sonrisa lenta y se acercó a mí con pasos seguros  enredó sus brazos alrededor mi cuello. 

Su boca se acercó a la mía y me besó profundamente provocando que mi erección apareciera. Pero mientras le seguía el juego quien estaba en mi mente era aquella humana y el olor que me había permitido percibir. 

Y por primera vez me sentí ofuscado al estar comprometido con Débora. 

Mi manada había necesitado una Luna durante mucho tiempo en que duré sin encontrar a mi mate, así que tuve que comprometerme con la mujer más hermosa que encontré en la manada. 

Pero justo en ese momento algo dentro de mi lo consideró un error, y sabía que era mi animal interior quien lo sentía de esa manera.

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