— Nunca más en tu vida vuelvas a decirnos eso – gruñó justo a centímetro de sus labios, con rabia contenida, enredando su caliente aliento con el de Rose
— Si algún otro hombre se atreve siquiera a mirarte, lo matamos, ¿entiendes? Así de crudo.
— Somos unos maldit0s hombres lobos y tus parejas, a