— Yo, yo, yo…
— Tú, tú, tú misma – Elijah se burló de su tartamudeo sin compasión— Hasta ahora mismo tenías mucho que decir sobre mí, qué pasa, ¿te comió la lengua el gato?
— Señor Cohen, disculpe, yo… — Ophelia dio un largo suspiro e intentó no dejarse dominar por el nerviosismo.
— Es evidente