A pesar de ser una omega, que se enfrentaba a un intimidante Alfa desconocido, en su corazón, no tenía ni pizca de miedo.
Se levantó con las rodillas temblorosas y caminó paso a paso hasta la fuente de su olor preferido.
Cintra se quedó petrificado en su sitio. Su corazón latía desenfrenadamente e