Punto de vista de Maximiliano.
¡Quiero el divorcio!
Eran las palabras que retumbaban en mi mente de una forma tan dolorosa que no podía creerlo.
Sufrí mucho por Emilis, lloré, y me costó reponerme de su infidelidad, pero, debo confesar que el estar casado con ella, sentirla mía de nuevo como cuando la hice mujer y viví una relación con ella, me llena de esperanza.
Parpadeos varias veces.
—La empresa , era el patrimonio de Michel, ¿dejarás que quede en manos de beneficencia? —gritó poniéndome de pies para darle la espalda y que no vea el brillo a punto de derramar lágrimas en mis ojos.
Emilis se acerca a mí para voltearme. Todos están estáticos, mirando la escena absorbidos, incluso Mauro.
—No me interesa —susurra—. ¿ Y sabes por qué? porque estoy cansada de sentirme tan vulnerable a ti. Porque yo no me acosté con tu hermano, porque este hijo es tuyo producto de la luna de miel, ¿o sea te olvida? llegaste ebrio y me hiciste tuya a la fuerza.
Me quedo estático, tratando de pensar en e