¡Me voy a casar contigo por la empresa, pero no voy a volver a tocar tu asqueroso cuerpo me oyes!……Me levanto con pesadez de la cama, no sé a qué hora llegué la noche anterior, ni cuánto bebí, la resaca en mi cabeza no me permite recordar nada en lo absoluto. Mi hermana me preparó una despedida de soltera, dónde me hizo beber hasta embriagarme.Me siento en la cama desorbitada, apagando la alarma con pesadez, y dirigiéndome mi pesado cuerpo a la ducha, porque hoy por fin es mi boda.¡Oh por dios!, aún no puedo creerlo. Después de dos años de relación, por fin me caso con Max, mi Max, el hombre más sexi, guapo, y millonario que cualquiera mujer pueda desear, pero por suerte es mío, y digo por suerte, porque reconozco que no soy el estereotipo de la mujer perfecta para Maximiliano; el es un hombre jodidamente sexi, y arrogante, con una figura de infarto, es algo galante, y con unos ojos azules, que pareciera que estuvieras viendo el mar en ellos. Realmente es el puto dios griego, tant
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