Después de algunos días, Julia se sentía mucho mejor de sus dolencias, sin embargo, todavía no podía moverse como deseaba ya que las puntadas y el vendaje de su tobillo se lo impedían. Pero le dieron buenas noticias de que pronto seria dada de alta.

Le reconfortaba saber que saldría de ese hospital, aunque la verdad no era un mal lugar.

—Buenos días —la joven alza la mirada para ver al señor Zaharie parado en su puerta —. ¿Cómo se encuentra hoy?

Era el único que había ido a verla a excepción de las enfermeras, Bruno no había dado señales de él desde la última vez que se vieron. No sabía nada de él.

—Estoy mejorando, el doctor ha dicho que pronto me dará el alta. Creo que una buena noticia.

—En efecto, luego de salir de aquí, se hospedará en unos de mis hoteles si le parece bien. Será atendida como es debido, no tendrá que preocuparse por nada. He sabido que ha perdido su equipaje, por ende, me encargare de todo eso.

—No tiene que preocuparse por eso señor Zaharie.

—¿Cómo qué no? Si p