Nos acostamos en la cama y hablamos durante mucho tiempo. Me di otra ducha, separada de la de Andrew, por supuesto. El dolor aún no había entrado en acción. Salí y me cambié a una de las pocas camisetas de Andrew que ahora reclamo como mía y me puse un par de ropa interior antes de subirme a su cama. Creo que estaba en su oficina, probablemente escribiendo sobre lo bueno que era nuestro sexo.
Un golpe interrumpió mis pensamientos.
-Puedes entrar -respondí en voz alta, preguntándome quién era y asegurándome de que me escucharan.
-Conseguí lo del diario que querías y Andrew está en su oficina en caso de que te lo preguntes -Terry sonrió entregándome el cuaderno.
-Gracias Terry -sonreí felizmente, quitándolo de sus garras. Terry se fue, dejándome con mi nuevo dia