Ava ingresó a la gran mansión Montenegro, una de las chicas de servicio le comento a Ava la situación de Jazmin. Ella se encontraba acurrucada en el lujoso sofá, agarrada a una almohada mientras lágrimas silenciosas corrían por sus mejillas. Su corazón se apretó al ver a Ava ingresar a su casa.
—Jazmín. —habló. Se acercó y tomó a su suegra en sus brazos. —Lo siento mucho.
Desde el entierro de Michael, Jazmin decidió perder contacto con el exterior, no quería hablar con nadie y no permitía visitas hasta este día.
Jazmin se inclinó hacia su abrazo, temblando. —¿Cómo voy a seguir sin ellos?
—Sé cuánto amabas a Michael y Sebastián. —dijo Ava suavemente. —Eran hombres maravillosos y el mundo era mejor porque ellos estaban en él, perder el amor es tan dificil y doloroso.
Jazmín sollozó. —Todos los días espero que Sebastián cruce esa puerta con su encantadora sonrisa o que Michael me llame 'mi amor' otra vez. —Su voz se quebró en un sollozo. —Pero se han ido. Realmente se han ido.
Ava se