—¿Cómo prefieres que te llame de ahora en adelante? —André tenía abrazado el cuerpo de Samara mientras ambos danzaban a un ritmo lento en medio de la pista.
Ella alzó la mirada, y tuvo que echar un poco su nuca atrás para observarlo fijamente.
—Me gusta "mon amour", o "la vida misma que respiro" o… —una carcajada resonó en boca de André de forma cínica.
—No sueñes tanto… tampoco me gusta esta mierd@ de la cursilería…
Samara sonrió, pero a la vez negó tapándole la boca.
—No hay necesidad de usar groserías, y además tampoco debemos cambiar algo, esposo… incluso tampoco necesitamos otra boda.
El ceño de André se frunció.
—Ya has aceptado, dijiste sí… y otra boda es algo esencial para todos. Quiero tu nombre junto con mi apellido, tanto Samara como Hanna, o los nombres que tu madre quiera ponerte. Los quiero todos con mi apellido…
Samara golpeó suavemente con su palma el pecho de André.
—Estás loco…
André acercó más su cuerpo, y pegó la nariz a la suya.
—Tú lo haces mon amour,