Cuando entraron a un salón privado donde los guardias de seguridad los guiaron, André y Samara notaron como estaba el abuelo sosteniendo la mano de Sophie en la suya, mientras Michael hablaba muy rápido por teléfono dando algunas indicaciones.
Samara se despegó del agarre de André, y fue al lado de su madre para preguntar muy preocupada por su apariencia.
—¿Estás bien? —la mujer negó.
—Siento mucho todo esto hija… yo…
—No tienes que decir nada, mamá… no te pongas así, no es tu culpa…
—Bien, los llamaré en la mañana —La voz de Michael se hizo más fuerte, y todos levantaron el rostro cuando finalizó la llamada, y vino hasta el sofá—. Es muy tarde para comprobar todo… pero no necesitamos tres dedos de frente, o ser tan estúpidos para no creer…
—Si no creen en André, les aseguró yo mismo que la información es cierta… —Intervino Pierre mientras los labios de Sophie temblaron.
—¿Cómo pudo haber hecho algo así? ¿Cómo a nosotros?
—Esto no es hacia nosotros, Sophie… esto es a miles de p