—Contáctala… —Kamile asintió a su orden.
—¿Le ofrecemos dinero?
—Una mujer como ella, lo aceptará… que se retracte de lo que publicó y pida disculpas públicamente… —terminó por decir André, y luego se quitó su chaqueta, dejando el puro sin encender en su cenicero personal—. Ahora, prepara las reuniones, y pasa las llamadas importantes…
—Bien, estera afuera… —Kamile recogió sus carpetas, le pasó una mirada a Connor, y luego salió de la oficina.
Él pudo ver como André abrió su laptop, y sin determinarlo, comenzó a trabajar como si fuera una máquina.
—Estaré afuera también… —André ni siquiera asintió a su información, pero cuando lo vio salir, dejó de teclear con sus dedos, y luego se recostó a la silla.
Necesitaba hacer alguna cosa, y ya sabía muy bien qué…
*
—¿Iremos al mismo edificio Roussel? —preguntó Samara cuando Laurent la llevaba a ella y al abuelo, rumbo en una dirección después de su desayuno.
—No, cariño, este es un edificio diferente. La fundación más grande de los Es