La celebración del cumpleaños de las gemelas pasó en completa armonía.
El celular de Emir sonó, y vio un número desconocido, y decidió contestar.
— ¿Si? — Respondió en tono frío.
— Señor Aksoy, en el registro de la reo está este número de contacto, ella lo dio en algún momento.
— No veo la razón de su llamada.— Respondió con indiferencia.
— Le informamos que la señora Genevieve Koslov se quitó la vida.
Emir sintió que su pecho se estrujó del dolor, por qué muy a su pesar y muy dentro de su herido corazón, sintió un gran amor por esa mala mujer que lo único que hizo fue burlarse de él.
— Ella tiene familia, por favor comuníquese con ellos, yo no tengo nada que ver con ella.
Emir cerró ese ciclo en su vida y jamás volvió a pronunciar el nombre de la madre de sus hijas.
Los días pasaron convirtiéndose en meses y era tiempo de volver a Estambul.
— Bien mis amores, nos iremos a vivir a Estambul, allá comenzaremos una nueva vida.
— ¿Ya no volveremos a Francia? — Pregunta una emocionada Yara