—Mi hermano y mi prima consiguieron toda la información que necesitamos para hundir a Duncan y a Roberts —dijo Teo finalmente, rompiendo el silencio.
Sus dedos recorrían el brazo de Hannah de arriba hacia abajo, distraídamente. Después de hacer el amor por segunda vez, se habían quedado en la cama, envueltos en un silencio cómodo, simplemente disfrutando de la cercanía del otro. Hannah estaba recostada de lado, con un brazo descansando sobre su vientre y la mejilla apoyada en su pecho. Tenerla tan cerca le daba una sensación de tranquilidad que nada más en su vida lograba darle.
Ella se acomodó para poder verle el rostro.
—¿Qué tan malo es?
—Según me informó Angelo, ambos tienen mucha mierda en la maleta. Será un escándalo enorme cuando todo salga a la luz.
—¿Duncan le ofreció “oportunidades” a otras mujeres a cambio de favores sexuales? —preguntó Hannah, solo para confirmar lo que ya intuía.
—Sí —respondió Teo con gravedad—. Y no fueron solo un par más.
Ella se quedó en silencio,