Theo caminaba por el pasillo principal del estudio con la mirada fija en su teléfono, revisando el último mensaje de Logan. Las negociaciones para su próxima película habían ido mejor de lo esperado, y en unos días estaría firmando el contrato. No podía ocultar la emoción que sentía al trabajar en un proyecto importante, pero sobre todo en un rol diferente al que estaba acostumbrado.
Lo único que ensombrecía su ánimo era el hecho de que tendría que viajar a Canadá cuando las filmaciones empezaran, dentro de dos meses. Aún no había hablado con Hannah sobre cómo manejarían la distancia, ni si ella estaría dispuesta a acompañarlo por una temporada. Pero confiaba en que, de alguna manera, lo harían funcionar.
Absorbido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que alguien se dirigía hacia él. Todo ocurrió en cuestión de segundos: guardó el celular en el bolsillo de su pantalón y levantó la mirada un milisegundo antes de que alguien se estrellara contra su pecho. Soltó una maldición entre