No sé ni cómo continuo viva del estrés que he soportado esta mañana. Es imposible que mi cuerpo resista otra taza de café, es decir, sólo sería posible si estuviese dispuesta a que me dé taquicardia y más temblores que los que tengo de por sí.
Agradezco estar resguardada en esta casa de campo, pero