Alzo mi cabeza sin dejar de abrazarlo, para detallar que tiene el labio superior agrietado y con algo de sangre.
—Estás de una pieza. Vuelve de una pieza todos los días y me aseguraré de alegrarme con ello — aseguro.
Él sonríe y acaricia mi rostro. El alivio que siento es inmediato, aunque la mano c