Él se ríe y llegamos a la habitación. Voy al baño tal cual mencioné, cierro la puerta y siento un gran alivio de tener un inodoro cerca de mí. Pero al intentar inclinarme para recoger el vestido y poder subirme la falda, no puedo.
Lo intento de otra forma, como de lado, bajar para agarrar el ruedo