Mi garganta duele y mi corazón late sin freno gracias al susto que me ha pegado Luciano.
—¿¡Me quieres matar de un infarto!? — cuestiono fuera de mí.
Él me mira extrañado y rompe contacto conmigo.
—Si te mueres, será por tu propia culpa porque lo máximo que hice fue tomarte de la mano. ¿Por qué n