—¿Lo es? ¿Lo conocemos de casualidad? ¿De qué trabaja? — indaga sospechosa.
—Lo es. No sé si tú le conoces, pero es un inversor, estadounidense — invento e invento.
—¿Inversor extranjero? ¿Cuántos años me dices que tiene? — pregunta con una malicia que me sabe amargo — ¿Es su edad el problema? ¿Ti