Capítulo 26.

Ellie.

Todo amor tiene sus consecuencias, y algunos amores siguen condenándonos a regresar a nuestro pasado.

—Me parece haber sido lo suficiente clara en aquella llamada entre tú y yo —lo desafié, obligándolo a soltarme de la mano—¿Cuántas veces voy a tener que repetirte que no quiero nada contigo? No soy la misma Ellie que conociste hace años, y mi corazón ya no late más por ti. Déjame en paz, es lo único que pido Harry.

Lo miré, no entendía qué estaba haciendo en este lugar.

—¿Qué estás haciendo aquí? No pienso volver a repetir la misma pregunta ni una sola vez más —farfullé—No entiendo qué tratas de decir que estás en este lugar por mí...

No tengo tiempo para esto cuando el verdadero amor de mi vida está en una cama de hospital esperando a que esté a su lado haciéndole compañía.

—¿Cómo llegaste hasta acá? —Me molesté —¿Quién te dijo que me encontraba en este hospital? No pienso creer que lo adivinaste porque es evidente que alguien tuvo que decirte.

—No me lo ha dicho nadie, y además, considero que solo deberíamos tomar atención en la conversación que tenemos pendiente —trató de tomarme la mano, no obstante, me alejé de él lo más pronto que me fue posible—Quiero hablar contigo, Ellie, quiero hablar contigo de todo lo que no pudimos decir en algún momento.

—Te dije que cuando quisieras amarme una vez más, estarás fuera de tiempo. Harry, no hay manera de que tengas una oportunidad conmigo cuando amo a un hombre que sí ha cumplido con sus promesas. Un hombre que no suelta palabras vacías y me ama por lo que soy.

—He sufrido muchos traumas a lo largo de toda mi vida, he sido muy duro con las personas que solían amarme. Ahora que pienso en el pasado, me doy cuenta y recuerdo cuando te tenía. Suplicaste que me quedara con lágrimas en los ojos, lamento no habértelo dicho.

—No negaré haber derramado lágrimas por ti, no negaré haberte amado con toda el alma, pero, solo fuiste alguien pasajero en mi vida. He encontrado el amor de mi vida, y no tengo dudas al respecto.

—Ahora no puedo hacer nada para que dejes de amarlo y has tomado una decisión. Estoy diciendo que te amo, corazón, pero se me acabó el tiempo. Digo que estoy aquí para ti, y estoy fuera de tiempo, insisto en preocuparme en ti aunque se me acabó el tiempo.  Y si en algún momento él hace algo que arruine la confianza que le tienes, si te hace daño o si simplemente lo dejas, recuerda que yo siempre estaré esperando por ti.

—Creo que incluso si te habrías dado cuenta de ello antes, no habría cambiado nada en lo absoluto. En cuanto nos conocimos no fuimos los mejores amigos, y resultó gracioso que termináramos enamorándonos el uno del otro a pesar de todo ese odio que existió en un inicio. Sin embargo, siempre he creído que yo fui la que cayó enamorada como una tonta, y con esto no digo que no me hayas amado con el alma, pero considero que fue un amor de un par de jóvenes que no sabían nada de la vida. Ahora que he crecido y he maduro, he encontrado el camino que quiero seguir y deseo que hagas lo mismo. Como te mencioné anteriormente, arregla los problemas que tengas con tu esposa y si no te sientes del todo cómodo con ella, confío en que encontrarás a la persona indicada cuando sea el momento. Te considero y respeto Harry, no hagas que cambie la impresión que tengo sobre tu persona.

Lo abracé con fuerza y me alejé de él, comenzando a caminar en dirección a mi auto, aunque su brazo me detuvo una vez más.

—Harry...—intenté no perder la paciencia—Ya ha sido suficiente, por favor.

—Ellie, una sola oportunidad...—me rogó y me contuve para no enterrarle mi puño en el rostro. Creo que he sido muy amable y tolerante esta noche con él.

—Harry, lamento tener que decirlo de tal manera...—me mordí el labio —Si no dejas de molestarme, tendré que poner una orden de alejamiento en tu contra.

Siento ser tan dura, lo siento, no sueño ser así.

No le permití que me respondiera nada, solo me subí a mi auto y conduje hasta la oficina, no sin avisarle antes a la señora Vittoria que necesitaba que se hiciera cargo de mi esposo por un período de tiempo un poco más largo. Valentina estuvo en la oficina haciéndose cargo de todo junto con Bosco, y lo mínimo que puedo hacer es agradecerles y decirles que a partir de ahora, necesito que descansen y que dejen que toda la responsabilidad caiga sobre mis hombros.

Observé mi rostro en el espejo del retrovisor y me di cuenta del efecto que tuvo el accidente del Vicenzo en mi persona. Jamás, a lo largo de mi vida, me he preocupado tanto por alguien y mucho menos había sentido que me faltara hasta el aire por una mala noticia que involucrara a ese alguien.

Ingresé a la oficina de Vicenzo, encontrándome con Valentina y Bosco trabajando arduamente en el escritorio de la primera.

—Buenas noches a los dos —saludé con la voz cansada. Insisto en que no ha sido el mejor de mis días, y siento que todo el mundo me está cayendo encima—¿Cómo ha estado el trabajo por aquí?

Sintiendo el cuerpo pesado, tomé asiento en una de las sillas giratorias. No me siento bien, y creo que es debido a la enorme carga emocional.

—El trabajo sigue en pie, la agencia sigue generando mucho dinero a través de la compra y venta de bienes raíces. Siendo honesta, ha sido uno de nuestros mejores días en cuanto a compras de bienes que poseían un buen precio dentro del mercado...A pesar de todo aquello, lo que en realidad sí nos preocupa es saber el estado de salud de Vicenzo.

—Vicenzo sufrió un disparo que le afectó la pierna izquierda, tuvo que someterse a una cirugía y ahora mismo se encuentra internado. El médico nos ha dicho que va a tener que quedarse un par de días en el hospital, y que estará bien con el tiempo. Además tendrá que quedarse en casa por unas semanas después de ello, y durante todo ese tiempo, voy a tener que hacerme cargo de todo y las únicas personas en las que confío son ustedes dos —les dije—No sé quien le disparó a Vicenzo, y tampoco me siento muy tranquila al respecto...

—Si me permites darte una opinión como un amigo muy cercano de Vicenzo —Bosco se puso de pie y me miró a los ojos—Vicenzo Coppola es un hombre de valores, cuya palabra favorita es el respeto, y él no tiene ningún problema con nadie, porque incluso sus relaciones amorosas anteriores llegaron a su fin de manera adecuada y es un hombre pacífico. Si alguien intentó matarlo no es porque haya tenido inconveniente alguno con cualquier persona, es porque puede ser que esa persona quiere lo mismo que él y solo es una piedra en su zapato.

—¿Se te ocurre alguna persona? ¿Se te viene algún nombre a la cabeza? —Le interrogué, con un nudo en la garganta, no quería ni pensar en los posibles sospechosos.

¿Podrá haber sido Harry? ¿O su llegada es tan solo una coincidencia?

O aún peor...¿Podrá haber sido alguno de sus familia? Ni siquiera deseo pensar en esa posibilidad.

—No podrá darte un nombre en concreto, porque al final nosotros no podemos esperar nada de nadie. Tal vez deberíamos manejar toda esa información en secreto, o entre los tres.

—Bosco tiene razón en eso —Valentina igualó sus pasos, y se puso de pie—Debes tener presente que nosotros dos te ayudaremos en lo que más podamos, y que mantendremos esta conversación en privado. De igual manera si necesitas retirarte unos días del trabajo para intentar hacerte cargo de la situación con Vicenzo, nosotros no vamos a tener problema alguno en reemplazarte.

No es momento de eso.

No puedo confiar en nadie, ni dejar la vida de Vicenzo, que es toda la fortuna que ha conseguido obtener a través de su trabajo y no puedo dejarlo en manos de nadie más que no sea yo. Seré la única que logre sacar todo adelante, porque soy la única persona que nunca le haría daño a pesar de lo que puede pasar.

—Agradezco su comprensión y su amabilidad después de todo, no obstante, quiero seguir al frente de esta empresa. Ya encontraré la forma de cargar con todo el peso de la situación sobre mis hombros —suspiré y miré mi reloj de mano, dándome cuenta que estaba a punto de marcar las diez de la noche—Ya es bastante tarde, así que cerraremos la empresa por hoy. Ya veremos mañana, por supuesto será complicado cumplir con un horario completo, pero, hallaré la manera de hacerlo todo a la vez. Les agradezco el trabajo que han hecho hoy y agradecería que después me mostraran el informe, o aun mejor me enviaran el informe diario a mi correo electrónico para revisarlo durante la noche.

—Cuenta con ello, Ellie.

—Gracias por todo chicos. Ahora tengo que irme a casa debido a que debo volver a casa dentro de poco —mandé un beso al aire—Cualquier cosa que pueda suceder, pueden llamarme sin importar la hora y trataré de solucionar el inconveniente.

Me retiré del lugar lo más pronto, fui a casa para poder cambiarme de ropa por algo que me resultara más cómodo. Decidí tomar una ducha, vestir un pantalón jean negro con un buzo marrón de cuello de tortuga y un par de zapatillas. En el bolso de viaje, guardé ropa que fuera adecuada para Vicenzo, aunque la mayor cantidad de prendas de su armario fueran trajes elegantes de miles de dólares, encontré ropa que podía ayudarle. Guardé dinero en efectivo y las tarjetas por si llegaba a necesitarlas para pagar los gastos del hospital, guardé mi computadora portátil y dejé el departamento asegurado con la clave y la alarma de emergencia.

Y empecé mi camino hacia el hospital.

A pesar de todo el cansancio que mi cuerpo pudiera sentir, eso queda en un segundo plano cuando se trata de Vicenzo Coppola, el único hombre que ha logrado hacerme sentir segura de mí misma y me ha ayudado a ser feliz.

Vicenzo.

—Me quedaré aquí a tu lado mientras Ellie regresa —mi madre me comunicó mientras ingresaba a mi habitación de hospital junto con mi padre—¿Cómo te sientes hijo mío?

—No puedo decir que ha sido mi mejor día, pero, sé que lo voy a superar —traté de fingir una sonrisa, sin embargo, sentí un pequeño malestar en la pierna—¿A dónde se ha ido Ellie?

—Ellie tuvo que irse a casa porque necesitaba cambiarse de ropa y traerte un par de cosas, no te preocupes por ella ya que estará aquí cuando menos te lo esperes —mi padre me explicó —Vicenzo, nos provocaste un gran susto, aunque me ha regresado el alma al cuerpo verte aquí ahora mismo.

—Por supuesto fue un desastre con suerte, ya que me tiene aquí aún y no me perderán por un largo tiempo —sonreí.

—Ellie se hará cargo de la empresa durante el tiempo que estés incapacitado ¿Estás de acuerdo con eso? Puede que sea tu esposa y que la ames, pero, si no te parece esa decisión, no tendré problema en hacerme cargo yo misma.

Negué con la cabeza.

—Está bien que sea ella la que se haga cargo de todos los aspectos de mi vida, confío en ella y estaré tranquilo mientras sea Ellie.

Estuvimos por aproximadamente una hora mirando la televisión, ya que ninguno de ellos deseaba que hiciera demasiado esfuerzo al hablar hasta que el amor llegó iluminando el lugar por completo.

—Buenas noches a todos —la luz de mi vida apareció en el marco de la puerta.

—Oh, Vicenzo querido, nosotros te dejaremos en manos de Ellie y estaremos aquí por si nos necesitas —mi madre dejó un beso en mi mejilla, mi padre un apretón en mi hombro derecho y ambos se retiraron de inmediato, permitiéndome quedarme a solas con mi hermosa esposa.

—¿Te he dicho lo preciosa que te ves en este mismo instante? —Coqueteé.

Ella sonrió, cerró la puerta de la habitación y dejó sus cosas en el sillón que estaba al lado de mi camilla. Se acercó a mí y le tomé la mano con cariño.

—No me lo has dicho hoy —suspiró—¿Te sientes mejor mi cielo? —Se limitó a acariciar mi rostro con delicadeza y lentitud.

—Me siento mejor ahora que estás a mí lado —le confesé —Me estaba preguntando en donde te encontrabas porque bueno, me hacía falta la otra mitad de mi corazón.

Ella se sonrojó y besó mis labios con rapidez.

—Me tienes aquí, siempre me tendrás aquí —susurró—Te amo, Vicenzo, y nunca voy a faltarte. Por favor, nunca me faltes.

—Nunca te faltaré, es una promesa —volví a besarla con cuidado—Prométeme que cuando vuelva a casa, seguiremos experimentado todo eso del BDSM...

No podía desaprovechar el momento.

—Oh, Vicenzo, no estarás hablando en serio —esbozó una mueca—No habrá sexo por un largo tiempos hasta que te recuperes al cien por ciento, mucho menos sexo tan duro...—ella mismo se sonrojó por sus palabras—Tú sabes mejor que nadie a lo que me refiero.

—Acepto que no haya nada de sexo si tú estás dispuesta a hacer otra clase de cosas por mí...

—¿Qué necesita que haga por usted mi señor? —Me guiñó el ojo. Esta mujer acabará conmigo.

—Quítate la camisa y déjame verte.

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