*Cinco años después*
Una mujer con poderes de loba se encontraba preparando todo para la fiesta de cumpleaños número cinco de su pequeño.
La rubia de ojos miel estaba más que contenta porque los últimos años habían estado llenos de felicidad, estrés, y sobre todo, mucho amor por parte de su pequeña familia.
—Laia, ¿por qué no dejas que las sirvientas se encarguen de todo? —cuestionó el alfa de la manada, tomándola de la cintura.
—¿Dónde dejaste a Alanna? —reprochó la mujer—. Creí haberte dicho que la cuidaras mientras yo me ocupaba.
—Está con Zoé y Ashton, le gusta pasar tiempo con ellos y hasta suele decirle tíos, ¿sabías? —respondió el castaño, soltando un suspiro.
—Y eso que solo tiene dos años —dijo Laia, risueña—. Bien, ¿por qué no buscas a Bryan? Necesito oír su opinión acerca del pastel. ¿Crees que se ve bien?
El hombre a su lado detalló la decoración que le puso su esposa al pastel de su hijo. Lo consideraba infantil, pues se trataba de una caricatura de lobos parlantes