Emma, que aún no dominaba muy bien ese nuevo dispositivo, presionó el botón para grabar el video y luego se lo envió a Andrés, elogiando enormemente a Luna mientras comía:
—Vaya, señorita, ¡te ves tan hermosa en el vídeo!
—Basta. Ya terminé de comer como me lo pediste. Como necesitas dinero para mantener a tu familia, puedo cooperar para que lo obtengas. Sin embargo, tengo una sola condición: no puedes traicionarme.
Emma guardó rápido el tazón y le respondió con una sonrisa satisfecha:
—No te preocupes, señorita. Definitivamente estaré siempre de tu lado. Solo que necesito el dinero del señor…
Lo había dicho total sinceridad... Sin embargo, si Andrés podía sobornar tan fácilmente a Emma, Luna ya entendía muy bien que, a su lado, ya no tendría a nadie en quien pudiera confiar plenamente.
—Está bien, confío en ti, puedes irte—ahora solo quería que ella se fuera de aquí lo antes posible.
—Entonces, me retiro —le respondió alegremente.
***
Después de que Emma se fue del estudio, Andrés, qu