—¿Qué le parece si se lo llevo para que lo pruebe? —preguntó ansiosa la criada.
Luna no le hizo caso alguno y en su lugar salió del baño cargando a Asterio, quien ya había terminado de bañarse. Los dos se prepararon para echar una pequeña siesta.
Asterio también tenía mucho sueño, se acurrucó con agrado en la cama y dejó caer su manita en el mismo lugar de siempre, quedándose profundamente dormido sin moverse.
***
En un hotel de cinco estrellas.
José miraba fijamente con una sonrisa algo maliciosa a la mujer arrodillada que se esforzaba por lamerle la entrepierna, mientras que María se limpió un poco el líquido de su boca y lo miró con sus hermosos ojos seductores.
—¿Por qué hoy no pareces con energía? ¿Acaso te has agotado con la otra de fuera?
Llevaba media hora lamiéndolo y acariciándolo, pero aún no lograba nada... Incluso sus labios ya estaban totalmente entumecidos.
José le levantó la barbilla, mirando esos labios tentadores de la mujer, y le habló con severidad:
—...Te daré di