Se acercó a Andrés con los brazos cruzados y lo interrogó con una expresión bastante sombría:
—Frente a tanta gente, ¿por qué me hiciste pasar estar vergüenza? Andrés, antes no eras así conmigo…
Al ver a la furiosa María, Luna le dijo a Andrés:
—Te espero en el auto.
Sin embargo, Andrés no soltó su mano.
—En cuanto a los asuntos de negocios, ve a buscar a Álvaro. Y en lo personal, no tengo nada que decirte.
—¡Detente! —exclamó María mientras le arrebataba el contrato de las manos de Shirley y se lo estampaba furioso en el pecho a Andrés—: ¡Míralo bien antes de decidir si quieres venir conmigo o no!
Andrés soltó su mano. Luna también bajó con timidez la mirada, sintiendo un poco de sensación de decepción.
Era un contrato de convocatoria. Andrés empezó a leerlo mientras le decía a Luna:
—Cielo, ve a esperarme en este momento en el auto.
Luna se fue apresurada. Subió al auto y se sentó en el asiento del copiloto y, desde ahí, a través de la ventana del auto, no podía escuchar de qué est