Tras aquellas palabras, Ryle se acomodó bien en el asiento, mordiendo su labio con nerviosismo y fijando su mirada al frente, cuando escuchó la leve risilla que dejó salir Leo, se permitió sonreír; encogiendo sus hombros de manera ingenua.
— Fueron muchos.
— Y eso no es algo que me desagrade. De hecho, me encanta — murmuró el Alfa, encendiendo el auto una vez más y regalándole un guiño al omega cuando lo observó. Ryle sonriendo, y Leonidas sintiéndose contento de ser quien disminuyera sus preocupaciones— . Sé que en algún momento yo también me pondré celoso — dijo divertido y metiéndose en el poco tráfico que había; el omega poniéndose enseguida el cinturón de seguridad y sus pestañas rizando suavemente sobre sus mejillas; feliz— . Y espero que no te moleste cuando pase.
— Nada que provenga de ti podría molestarme..., Leo — y con aquél último susurro, Ryle plantó un rápido beso en la mejilla de Leo, quien ante el acto sonrió como un enamorado sin remedio. Justo como se sentía.
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