Liz sube a su habitación y comienza a arreglarse. Se pone uno de sus vestidos y nota que le queda maravilloso. El vestido se ajusta perfectamente a su cuerpo, resaltando sus curvas y su belleza. Piensa: «¡Jack tiene un gusto excelente para los vestidos!». Se pone las sandalias que compró, retoca el maquillaje y se mira en el espejo, viendo que todo está perfecto. Consulta el reloj de nuevo y se da cuenta de que ya es casi la hora. Sale de la habitación, algo avergonzada, ya que nunca ha sido su estilo vestirse así. Siempre ha estado acostumbrada a ropa más sencilla y cómoda, nunca a atuendos formales. Liz va a la habitación de Luiza, toca la puerta y, al abrirse, sus sobrinos corren hacia ella, abrazándola. Cuando ven cómo está vestida, se alejan, mirándola atónitos.

—Tía Liz, ¡estás guapísima! —dice Leon, mirándola de arriba abajo.

—Gracias, pequeño. ¡Sigue así, que te irá muy bien con las mujeres! —Liz sonríe, satisfecha por el cumplido.

Belinda solo la mira con la boca abierta. Com