Lo golpeó.
Se ríe y besa mi mejilla.
Ella se ve complacida. -No puedo decirte lo feliz que estoy de ver a Kendrew saliendo de nuevo. En un momento, pensé que se convertiría en monje-.
No es un monje.
-¿Por qué soy demasiado sexy?-
-Porque los monjes tienen que ver con la paz y la armonía. Y les das a todos en la oficina un aneurisma-.
Él entrecierra sus ojos hacia mí. -¿Ves lo que quiero decir? Incluso cuando soy agradable, ella todavía me da descaro-. Me tira más fuerte. -Ya le dije que esa boca la metería en problemas, señorita Jones-.
Un escalofrío recorre mi columna vertebral. ¿De cuántos problemas estamos hablando?
La Sra. Hansley se ríe. Bien por ti, Nala. Necesita a alguien que lo reduzca un tamaño-.
Él frunce el ceño. Belle ya está de su parte, señora Hansley. No puedes abandonar el barco también.
Me río a carcajadas. Este Kendrew es... guau. Es tan suelto y cómodo.
Estoy absolutamente intrigado.
-Los dejaré solos ahora-.
-Déjame acompañarte-.
-No hay necesidad.- Ella agita un