-Agarra al Sr. Ducky,- le digo a Belle, moviendo mi mano a través del agua tibia del baño. -Es hora de secarse ahora-.
-No-, grita, salpicando sus brazos regordetes en la bañera.
Me muerdo la impaciencia y mantengo mi tono ligero. -Belle, la hora del baño ha terminado. Es hora de secarse y cambiar ahora-.
-¡No!- Me grita la palabra más fuerte como si no la hubiera entendido la primera vez.
Estoy agachado sobre la bañera, con la camisa de manga larga enrollada hasta los codos y la espalda doblada en un ángulo incómodo. Soy demasiado alto para este deber de papá en particular, pero cuando regresé a casa del puente de datos, le dije a la Sra. Hansley que podía manejar la rutina nocturna.
Me miró como si dudara de mis habilidades, lo que solo me hizo más decidido a ver a Belle limpia y fresca antes de acostarse. ¿Qué tan difícil podría ser?
¿La respuesta?
Muy duro.
Extremadamente difícil.
Mi hija es una cosita testaruda.
-Beldad…-
-¡Líquido! ¡Líquido!-
-Jovencita, tienes que…- Una ola de