—Creo que ha habido un malentendido —dijo Rómulo con tono indiferente—. Lo que dije es que Pedro tenía un noventa por ciento de posibilidades de ganar, y tu hijo solo un diez.
—¡¿Qué?!
Al oír esto, Enrico se quedó petrificado.
Resultó ser todo un malentendido por su parte.
Pero no podía entender, o más bien aceptar, ¿cómo un desconocido, un nadie, podría derrotar a su hijo, un talento único?
—Enrico, acepto tu estilo de esgrima con gusto —interrumpió Valentín de repente.
El rabillo del ojo de Enrico tembló, y su rostro se volvió extremadamente feo.
Pensó que podría aprovechar esta oportunidad para promocionar a la familia Trejo y mejorar su reputación.
¿Y el resultado?
No solo perdió su hijo, sino que también perdió una antigua técnica de esgrima familiar.
¡Qué gran pérdida!
La victoria de Pedro, mientras sorprendía a todos, también dejó claro algo.
Siempre hay nuevos talentos que surgen, dominando cada uno su propia era.
Desde ahora, en la Ciudad U, surgirá un nuevo y poderoso competi