En ese momento, muchos comenzaron a secundar la idea.
Normalmente, ellos eran los que acosaban a los demás, nunca nadie se había atrevido a buscar problemas en su territorio.
Para ellos, lo correcto e incorrecto realmente no importaba.
Quien tuviera el puño más fuerte, mandaba.
—Tercero, ¿qué quieres hacer?
Oso entrecerró los ojos, visiblemente molesto.
—¡Quiero convocar a la guardia de sombra y matar a ese chico!
Erik habló con gran furia.
—¡Tonterías! —Oso se levantó de golpe—. La guardia de sombra es el fundamento de la familia Solís, ¿cómo podríamos usarla a la ligera?
—¡No me importa! ¡De todos modos quiero venganza! Si no estás de acuerdo, ¡iré a ver a papá!
Erik se mostró muy obstinado.
—¿Quién me busca?
En ese instante, un anciano de barba y cejas blancas, con una figura imponente, entró lentamente.
El anciano caminó con las manos a la espalda, con expresión serena.
Aunque no exudaba un aura poderosa, cada paso y movimiento irradiaban una autoridad invisible.
—¡Jefe de la tribu