— ¿Tienes alguna sugerencia? —preguntó Estrella.
—Primero tengo que informarme sobre la situación y luego podré pensar en una solución adecuada. Señora Flores, permítame preguntar: ¿a dónde fue hoy? ¿A quién vio? —preguntó Pedro.
—Hoy vi a Javier. Quedó conmigo para hablar de negocios y luego hablamos del socio, pero lo rechacé —respondió Estrella con honestidad.
—¿Bebió algún vino que le ofreció? —siguió preguntando Pedro.
—¡Claro que no! Javier tiene una ambición siniestra y siempre codicia las enormes riquezas de mi familia. Tengo cuidado con él. ¿Cómo podría comer y beber algo sospechoso? —dijo Estrella moviendo la cabeza de un lado a otro.
—Hermana, según lo que has dicho, si no comiste ni bebiste, ¿cómo fuiste envenenada? — dijo Irene con dudas.
—¿Cómo lo voy a saber? —dijo Estrella poniendo los ojos en blanco.
—Señora Flores, cuando se encontraron, ¿olió o tocó algo especial? —preguntó Pedro tratando de que hiciera memoria.
—¡Ay! Lo acabo de recordar: al principio cuando