— ¿Es Víctor? ¿Cómo es que también está aquí?

—¡Mira la escolta de Víctor! Parece que no ha venido a una fiesta de compromiso.

—¡Obvio! ¿Quién traería tantos guardias a una boda? ¡Está claro que viene a causar problemas!

La aparición de Víctor intensificó las discusiones en el lugar. Incluso los miembros de la familia Arroyo se mostraban ahora con rostros serios. Había que tener en cuenta que esta figura era el gobernador de una provincia, el hombre a cargo de todos los asuntos militares y civiles de la Provincia C. ¡Su rango en la jerarquía real era muy alto! Un verdadero gobernante territorial. Ante un personaje de tal envergadura, incluso el general formidable Elvis se vería eclipsado.

—Pedro, ¿estás herido? —Al entrar, Víctor primero preguntó por Pedro.

—Estoy bien, gracias por su preocupación, Sr. Víctor— Pedro asintió cortésmente.

—Me alegra escucharlo— Víctor sonrió, pero al girar la mirada hacia Elvis, su rostro se enfrió de repente: —Elvis, tienes una gran autoridad, ¿eh