Punto de vista de Serena
"No te debo ninguna explicación", respondí secamente. Con una mirada gélida, enfrenté a Elena sin titubear. "Este bebé es mío y solamente mío".
Elena elevó su voz, vibrante de indignación, mientras sus fosas nasales se dilataban. "¡No seas ridícula! Tengo todo el derecho de saber si mi familia está a punto de quedar en vergüenza o no", soltó, apretando los puños a sus costados.
Con brazos cruzados, mantuve la compostura ante su furia. "No es mi trabajo cuidar la reputación de tu familia", dije. "Así que, mejor guárdate tus opiniones y no me metas en tus líos, por favor".
Di media vuelta, decidida a poner fin a esta discusión absurda. Pero sus siguientes palabras me paralizaron en seco.
"¿Y de dónde crees que viene el dinero para tu precioso desfile de modas? Del bolsillo de Bill, por supuesto", afirmó Elena.
Sus palabras me dejaron sin aliento. "¿Qué?" Jadeé. "Eso no es cierto".
Hace pocos días me había topado con Bill en la sede de De Luca Couture, sin darle i