Punto de vista de Serena
Stevie espera afuera del cubículo mientras vomito todo en el inodoro. Luego escucho un suave golpe en la puerta.
"¿Necesitas ayuda? Puedo sostenerte el cabello si quieres". Ofrece Stevie.
"No, está bien", respondo, "Puedo sola, ya tengo bastante práctica".
Después de vomitar, me limpio la boca y respiro profundo, preocupada de que Stevie se enoje conmigo por no contarle sobre el bebé. Pero me equivoqué, pues en cuanto salgo del cubículo, ella me estrecha entre sus brazos.
"¿Stevie, estás llorando?" Pregunto, al notar el brillo húmedo en sus ojos.
Al apartarse, responde con una sonrisa: "¡Claro que estoy llorando, tonta! Voy a ser tía".
"O podrías ser la madrina del bebé. Sé que cuidarás de mi hijo si algo malo me pasa". Le sugiero.
Stevie sonríe y responde: "¡Me encantaría! Lo de ser madrina, claro... no lo de que te pase algo malo".
"Espera, ¿Bill sabe que estás esperando a su hijo?" Pregunta un segundo después.
Yo respondo con voz distante: "No se lo dije p