Punto de vista de Serena
No podía dormir, no dejaba de pensar en todo lo que había ocurrido en la sala del tribunal ese día.
Me revolví inquieta en la cama king-size, mi mente le daba vueltas a todos los "qué pasaría si". ¿Qué pasaría si hubiera dicho algo diferente? ¿Qué pasaría si pasé por alto algo crucial? ¿Qué pasaría si Hurtado lograra hacer que Doris pareciera inocente?
Pero entonces, recordé la forma en que Bill me había mirado cuando salí de la ducha. Sus ojos estaban llenos de deseo, como si quisiera follarme ahí mismo en ese momento.
Si cualquier otra persona me hubiera mirado así, me habría dado escalofríos, pero con Bill, se sentía diferente. Una sensación cálida burbujeaba dentro de mí, solo con saber que me deseaba.
Alguien golpeó suavemente la puerta, por lo que me incorporé y pregunté. —¿Quién es?
—Soy yo. —Dijo Bill.
Me pregunté qué querría a esa hora. —Pasa. —Respondí.
Bill entró, viéndose tan inquieto como yo me sentía. —¿Tampoco puedes dormir? —Preguntó.
Negué con