Punto de vista de Serena

—¿Serena, estás bien? —Me llamó Bill.

Parpadee, con la mente nublada. Por un momento, me sentí completamente ausente, como si en realidad no estuviera aquí.

—¡Serena! —La voz de Bill atravesó la bruma.

Volví a la realidad, con el sonido rítmico de las olas rompiendo y el sabor salado del océano llenando mis sentidos. Estaba de nuevo en la playa, con el sol calentando mi piel. Bill me miraba con ojos preocupados, tratando de ver si estaba bien.

—Estoy bien —dije—. Solo me distraje un segundo. Lo siento.

—¿Te preocupa algo?

Por un momento, me pregunté si debía preguntarle a Bill si él era aquel niño gordito que conocí y que sufrió acoso en la playa. Realmente no podía recordar el rostro de aquel niño, pero había algo familiar en los ojos de Bill que me hacía pensar que podría ser él.

Aun así, decidí no hacerlo. Él podría ofenderse si lo confundía con alguien que fue molestado.

—No es nada —dije, esbozando una pequeña sonrisa—. Solo mi cerebro de embarazada hacien