Lucas queda bastante pensativo con las palabras de su padre, pero no ve alternativa para su problema, ya que sabe que su madre nunca aceptará a su novia debido a su clase social. Lucas teme que algo peor suceda y ya tiene algunas sospechas sobre su madre, lo cual le está causando mucho dolor interior. Decide no decirle nada a su padre aún para evitar ser tachado de loco o para que piensen que es demasiado paranoico. Sin decir una palabra más, Lucas sube a su habitación, abre la puerta, entra y se tira en la cama. En su cabeza solo pasa la idea de irse de casa para poder vivir su vida en paz. Recuerda a Camila y decide llamar a Marina para saber cómo está el estado de salud de su amada, ya que no lo ha hecho durante todo el día.
— ¿Hola, quién habla? — Marina pregunta sin siquiera mirar quién está llamando.
— Hola, soy Lucas, señora Marina, lamento llamar a esta hora. Sé que ya es un poco tarde, pero quería saber cómo está Camila. ¿Todavía está en el hospital central o ya la han trasla