Llegaron a la habitación de Savannah y al cerrar la puerta tras ellos, un gemido de dolor escapó de su boca y se cubrió con una mano. Maximiliano sintió la culpa golpearle, sin contenerse la abrazó, permitiendole esconder su rostro en el pecho. —¡Tu madre no parece nada feliz de que te casaras!— dijo con dolor mientras su labio inferior temblaba— Supuse que lo estaría... ¿No se supone que quería que consiguieras esposa?—Si, eso quería— cerró los ojos y le acarició el oscuro cabello— lo siento.—Yo también lo siento Max, solo quería caerles bien... pero es obvio que me desprecian por ser una mujer de rancho— dijo en un susurro, negándose a dejarse arrastrar por las lágrimas. Ella era fuerte, muy muy fuerte, aquello no la derrumbaría. — no entiendo su desprecio... sé que no soy una señorita de ciudad, pero soy la mujer que amas, eso debería bastar para que me acepten. —No te preocupes por ellas... ya se les pasará— ella se alejó.—Es que ese es el problema Max... ¿Qué se les pasará?.
— ¿Te vas tan temprano, Max?— la voz de su madre lo sobresaltó, sacándolo de sus matutinos pensamientos. —Si, tengo asuntos que atender en la oficina, han sido muchos meses lejos y debo ponerme al día, no creo que vuleva para el almuerzo.—¿Y tu esposa?— preguntó con tono amargo. —No empecemos tan temprano, madre, suficiente tuve con la cena de ayer.—Debiste suponer que todo saldría mal, tesoro— le dijo con un suspiro— esta situación esta demasiado dificil para todos, y creéme cuándo te digo que se pondrá peor. Yo puedo luchar por controlarme, pero Maggi e Ivy no lo harán, sabes que esto es una bomba de tiempo y estallará muy pronto, todo terminará con Ivy lanzándose sobre ella para cobrar la perdida de su hermano.— Max suspiró.—Tendremos que mudarnos— Violett frunció el ceño.—¿A dónde?, acabas de llegar después de meses afuera hijo, no quiero que te vayas nuevamente.—Es la mejor solución, es lo que debo hacer si quiero que esto funcione.Ahora debo irme a la oficina, buen dia, m
Max despidió a Jael, quien tenía asuntos que resolver en su área y algunos clientes que llamar, se dejó caer nuevamente en la silla y cerró losojos sintiéndo un insipiente dolor de cabeza que comenzaba a apodersrse de él...Dylan... su amado primo, su pequeño hermano, ese al que tanto había cuidado y con el cual había tenido tantos conflictos desde que conociera a la señorita Brown, su amor por Savannah lo había desbocado, si ya de por si era alegre y soñador, conocerla lo habia cambiado al punto de que poco le importaba cofrontar a su familia ó oponerse a él, a quien hasta entonces había respetado y admirado como un hermano mayor, pero todo eso se fue al traste... todo por culpa de los ojos y la sonrisa de Savannah. Cerró los ojos y recargó la cabeza en el espaldar de la silla y se permitió recordar.La familia se reunió en la mesa para cenar, con Maximiliano, Ivy, Maggi y Violett sentados en sus respectivos lugares. De repente, se escuchó el sonido de la puerta principal abriéndose
Maximiliano llegó a casa con una bolsa de compras en la mano, sintiendo una mezcla de emociones que lo abrumaban. Siempre había amado regresar a casa, encontrarse con "Sus mujeres" que lo reciban con tanto amor, siempre dispuestas a llenarlo de cariño, Pero aquello había cambiado, "Sus mujeres" parecían demasiado enojadas con él, y las entendía, pero cuanta falta le hacía ese calor, por eso entendía a la perfección cuando Dylan decía que por más que viajará por el mundo y se enamorara siempre de un lugar nuevo, ninguna sensación era comparable con volver a casa. Dylan tenía razón... Allí estaba Violet, su madre, quien lo saludó con cariño, su rostro iluminado por una sonrisa, era su madre, al fin y al cabo podría estar muy enojada, Pero siempre tendría amor para él. — Hola, Max —dijo Violett, sus ojos brillando de alegría al verlo—. ¿Cómo estás, hijo mio?— lo abrazó y luego depositó un tierno beso en su frente. — Estoy bien, mamá —respondió Maximiliano, tratando de ocultar la
—¿Irnos?... ¿A dónde?— le preguntó confundida, sintiéndose incapaz de comprender lo que estaba ocurriendo. —Nos vamos a un departamento cercano. Una propiedad que usaba antes, cuando no quería volver a casa por algún motivo. — Pero... ¿Por qué nos vamos de la mansión? —preguntó Savannah—. No entiendo.Maximiliano suspiró. — Es para evitar enfrentamientos entre mi familia y tú —dijo Maximiliano—. Mi familia no entiende nuestra relación y creo que es mejor que tengamos nuestro propio espacio aparte.Savannah sacudió la cabeza.— No creo que eso sea necesario —dijo Savannah—. Puedo manejar cualquier situación que se presente, el primer encuentro si me afectó mucho, no esperaba esa bienvenida, Pero ya estoy muy consiente de.la situación, puedo manejarlo Max, no quiero que te alejes de tu familia por mi culpa. Maximiliano sonrió y acarició la mano de Savannah.— Lo sé, pero no quiero que tengas que pasar por eso —dijo Maximiliano—. Mi familia puede ser muy difícil de manejar. Y creo qu
Max abrió los ojos, despertando del letargo que produce una noche de sueño, parpadeó sintiendo el peso sobre su brazo, se giró encontrándose con el hermoso rostro de su esposa... Savannah estaba dormida, sus abundantes y largas pestañas llegaban a rozar las mejillas. Max suspiró, ella era tan bella y la amaba tanto... había jurado que al mudarse al departamento seguiría con lo establecido de cada uno en su habitación, y hubiese jurado que así sería, pero bastó que ella lo besara, le dijera lo mucho que lo amaba y se arrojará a sus brazos para que olvidará todo y terminara entregándose al ardor que su piel le producía. Era débil ante ella...La amaba... había terminado amándola. ¿Que clase de venganza era aquella?, ¿Un cazador que cae en su propia trampa?, ¿Un cazador, cazado?, ¿lograría concretar su propósito ó terminaría ella rompiendole el corazón primero?Pensó que si quería cambiar todo aquello a su favor, debía actuar y debía hacerlo rápido, no podía pensar con claridad si tenía
Savannah se sintió triste cuando Max se fue, pero decidió que era mejor no pensar en lo sola que se sentía desde que había llegado a la ciudad, su vida había cambiado tanto y no estaba segura de que fuese para bien, sentía siempre un vacio en el estómago y en su pecho, ese vacio se llenaba al estar en brazos de Maximiliano, él era tan ardiente, tan encantador, tan apasionado.. pero cuando se acababan los momentos de pasión, volvía la frialdad, la distancia emocional, la lejanía que comenzaba a consumirla. ¿Se puede sentir alguien solo estando acompañado?La respuesta era; Si. Increíblemente la soledad podía llegar aún estando en compañía. Decidió seguir el consejo de Max y llamar al rancho. Savannah miró el teléfono con una mezcla de nostalgia y anhelo. Finalmente, decidió marcar el número del rancho. Después de unos tonos, la voz familiar de su madre resonó al otro lado de la línea.—¿Bueno?— la voz de su madre sonó firme en el celular.—Hola madre, soy yo, Savannah.—¡Hola, cariñ
La mañana llegó, la decepción y desilusión la golpearon con fuerza cuando se encontró con su cama vacia y fría... su esposo no había llegado a casa a dormir, se sentó en la cama sintiéndo que la miseria la abrazaba con fuerza. Se levantó decidida a tomar una larga ducha con la intensión de calmar sus pensamientos y despejar sus emociones. Dejó que el agua la calmara un poco, antes de salir de la ducha e ir a su habitación para vestirse, después de hacerlo decidió que debía llamar a Maximiliano, él le debía una explicación. Tomó su celular y marcó, al tercer timbrazo escuchó la voz de su esposo.—Buenos días, Savannah.—Buenos días— repsondió con dientes apretados— ¿Y bien?— preguntó. —¿Y bien?— repitió él con voz de confusión. — No entiendo, ¿Qué sucede?—¿Qué sucede?... No llegaste a dormir a casa.—Tuve... una complicación. —¿Una complicación?... ¿Y esa complicación te impidió levantar el teléfono para llamarme o tan siquiera responder a mis llamadas?—Lo siento, Savannah... de