Corrí hacia el río y miré el agua corriendo hacia mi derecha seguí corriendo desesperadamente hacia la misma dirección de la corriente intentando divisar a Jessie.
—¡Jessie!¡Jessie! —grité hacia el río con tanta fuerza que sentía mi garganta desgarrarse.
—Jessie no está ahí idiota —. Escuché tras de mí.
—¿Entonces dónde está?¿¡Qué le hizo a Jessie!? —dije acercándome a Fredd peligrosamente para golpearlo.
—Quedate quieto —dijo y yo quedé paralizado, mis huesos no se movían aunque lo intentara, ni siquiera podía hablar.
—Está dentro de ti.
Mi cuerpo se volvió blando de nuevo. Me podía mover.