Capítulo X. Decepción.
Me descubro un poco la cara apartando mi cabello para poder verlo, empiezo a llorar muy agraviada y entre lágrimas grito:
- ¡Querido!
Le doy una explicación a mi manera de lo que sucedió luciendo muy afectada.
Ella me grita que soy una mentirosa y si las miradas mataran hubiera muerto en el acto aquí y ahora. Me provoca reír a carcajadas porque ella intento agraviar a esta humilde servidora y se le volteó la tortilla. Tengo que reprimir el impulso con todas mis fuerzas para poder seguir actuando como víctima y sobre todo que sea creíble.
- Mi amor ¿Puedes levantarte?
- No lo creo, ya te dije que me duele mucho el tobillo.
- Está bien no te preocupes.
No puedo ver muy bien lo que está pasando a mi alrededor porque tengo el cabello todo alborotado cayendo sobre mi rostro. El asistente personal del Diabólico lisiado se acerca furtivamente y como con algo de miedo ¿Será que teme a ser mordido nuevamente por mí? Lo que no sabe es que hoy estoy en plan de ser la víctima ¿Como no puede darse