Capítulo 86
Santiago
La recepción, la cena y todo en conjunto estuvo demasiado bien para mi gusto. Helena y yo, estuvimos muy contentos en la mesa que nos sentamos acompañados de Linda e Iván y de mi hermana menor Clara y un hombre misterioso que vino con ella, alguien que yo no conocía, pero con el que mi hermanita estaba feliz.
–Helena, ¿Bailas conmigo?
Me puse de pie para invitar a mi esposa a bailar, llevaba toda la velada queriendo hacerlo y era mejor ir acortando esa distancia entre nosotros, desde ese momento.
–Claro que sí, Santiago.
Ella recibió mi mano y nos encaminamos al centro de la pista, estaba sonando música suave, tomé la cintura de mi esposa y la pegué más a mí. Me pude percatar que ella seguía feliz y ávida por ese contacto que nos hemos negado por tanto tiempo.
La abracé y me perdí con ella en ese contacto delicioso que me provocaba su cercanía, ella lo era todo para mí y quería que así fuera hasta que los dos envejeciéramos.
–Helena, eres muy buena en esto de bail