Capítulo 87
Helena
Santiago estaba embobado mirándome después de ver cómo me saqué el vestido y este cayó a la arena, me desesperé de ver que no hiciera nada y me le acerqué para besarlo apasionadamente y tal como esperé que sucediera, las chispas entre ambos saltaron por doquier. Me volvía loca, estar cerca de él y sé que a él le pasaba lo mismo conmigo.
–Helena, no me tientes a hacerlo aquí. Podemos ir a casa y estar ahí cómodamente, Iván debió irse a casa de Linda.
–Santiago, yo no puedo ni tampoco quiero esperar a llegar a tu casa. Quiero que me tomes aquí en la playa bajo este hermoso cielo que nos ha visto reconciliarnos.
Santiago no puso ninguna objeción y se acercó a mí, tocándome por la espalda con muchas ganas y después su toque fue ascendiendo hasta despojarme del sujetador que también cayó a la arena y de lo demás yo me hice cargo, quedando desnuda frente a él.
–Helena te ves hermosa y la luz de la luna te hace ver más de lo que siempre has sido.
–Tú te estás viendo muy le