14

FRIEDRICH OBSERVÓ LA CIUDAD. Desde lo alto, encaramado en su oficina, todavía podía presumir de ser un rey. Allí, los simples mortales no podían ver el óxido de su corona, y mucho menos presenciar la pérdida de su brillo. Se volvió hacia los retratos sobre la mesa. Junto a las fotos de su ex esposa e hija, llamó la atención la serenidad de un rostro. Cualquiera que viera esa fotografía habría pensado que era una copia de Friedrich, casi un clon, si no fuera por la abundancia de su barba y las marcas en su piel, marcas de alguien que había luchado duro para construir su propio negocio.

El padre de Friedrich, Ernest Durlland, había venido de lejos. Había nacido en algún lugar del norte de Europa y, hasta los treinta años, había vivido de un país a otro. Trabajé en cualquier cosa, sin importar el campo. Acept&e

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo