Dos años después.
“LEVANTARSE ES UN ACTO DE VALOR”. Rita se dijo esto a sí misma todos los días durante más de setecientos días. A diferencia de años antes, ahora ya no tenía prisa por despertarse antes de que saliera el sol. En el pasado, me enorgullecía despertarme a las tres y media de la mañana, a veces incluso más temprano, para hacer los ejercicios físicos del día y trabajar un poco.
Antes, a Rita no le importaba la oscuridad deen la madrugada.
Antes, Rita tenía miedos internos nada comparados con las posibles amenazas a su alrededor. Antes, Rita vivía en un escenario de teatro.
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